El Saltipanki es un mutante de orejas pequeñas y ojos en continuo movimiento, como si no pudiesen fijar la mirada más de un segundo, piernas delgadas y muy mullidas, parecidas a los de los saltamontes y un cuerpo muy flexible y escurridizo. Sus caras de mirada a veces perdida y otras extasiada modulan los músculos faciales con gran diversidad. Poseen una voz chillona sin variantes de volumen, dándoles igual si se dirigen a alguien que se encuentra lejos o cerca, aunque esto ocurre cuando nadie se dirige a ellos mirándoles directamente a los ojos. En el momento que alguien se dirige a ellos mirándoles a los ojos, su voz se vuelve inaudible, y su mirada imparable, se clava en el suelo resultando difícil poder escuchar su voz con claridad.
Este mutante es originario de un lugar rodeado se estímulos audiovisuales, con música en gran volumen, luces por doquier, exceso de colores y botones para todo. Un lugar donde solo pulsando un botón envían señales, mensajes, ordenes o bien camuflan sentimientos tras ridículos emoticonos.
Su profesora comparte el mismo mundo de luces y color, sonido, bullicio y distracción, pero es originaria de un mundo más silencioso, con espacios para la lectura y la reflexión, la imagen en blanco y negro y donde había que esforzarse por modular los mensajes de voz y escribir los mensajes sin botones ni emoticonos, teclas, ni imágenes. La comunicación oral se desarrollaba de forma más profunda en su mundo, teniendo que esforzarse más por ser entendida. Pero paradójicamente , el alumno en ese mundo también estaba acostumbrado a ese tipo de comunicación, por lo que la conexión parecía más fructífera en ese mundo entre el alumno y la profesora. En su mundo, los sentimientos se intuían mediante la voz, los gestos y las miradas, ya que la comunicación era más cara a cara y sin estímulos ajenos. Esto daba pie a hablar de como se sentía cada uno, sin camuflarlo tras emoticonos, que realmente no se sabe si reflejan el verdadero sentimiento o no.
En cuanto a su personalidad, es realmente inquieto, con gran necesidad de cambiar de actividad incesantemente, sin capacidad de concentrarse en una actividad durante mucho tiempo y más dado a hablar sin reflexionar que a escuchar, preguntando incesantemente sin poder concentrarse en escuchar.
Posee una frágil personalidad basada en la aceptación de habilidades sociales y tecnológicas. Comunicación más desarrollada en mensajes cortos por hondas comunicativas que se envían unos a otros y son interceptadas continuamente.
Sus mejores aliados son los emoticonos, las nuevas tecnologías y todos los estímulos de luz y color que hacen que su felicidad aumente por momentos.
Sus mayores enemigos son la rutina, la falta de movimiento, el material estático y las imágenes sin color ni vida. Todo ello abruma al mutante, bien desconectando sus baterías y adormenciéndolos, o bien despertando su necesidad incesante de movimiento y acción sin control.
Tiene poderes, destrezas y habilidades nunca antes identificadas.
Crea un vínculo de amistad si te comunicas con él o ella online, después de ese acercamiento virtual da paso a la comunicación directa, el acercamiento, incluso el contacto visual. Empieza a comunicarse, pregunta dudas y desarrolla mayor capacidad para el trabajo.
Así como desconecta ante la monotonía, desarrolla mayor capacidad de trabajo ante lo divertido, creativo y original. Agradece tanto los cambios ante la monotonía que desarrolla una gran destreza en transmitir su empatía y agradecimiento.
Son vulnerables a las ordenes, ante ellas no reaccionan y no acaban de sacar su potencial. Reaccionan mucho mejor ante consejos y guías, que al contrario de las ordenes, fortalecen su autoestima.
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